Se abre un nuevo capítulo en la historia del fútbol argentino: Diego Armando Maradona es el nuevo director técnico de la selección.
A muchos, la noticia los tomó por sorpresa, pero para aquellos que conocen la intimidad de Julio Grondona, ésta era una cuenta pendiente. El presidente de la Asociación de Fútbol Argentino manifestó en más de una oportunidad que la “Generación del 86” (campeones del mundo en México) tendría su oportunidad dentro de la selección; y Maradona, su máximo exponente, también.
El bautismo de fuego fue para el “Checho” Batista y el “Tata” Brown. Ambos fueron elegidos para dirigir las selecciones juveniles y los últimos Juegos Olímpicos. Y vaya si superaron la prueba: el equipo mostró un gran nivel y se trajo la medalla de oro.
La idea de Grondona de que Diego tomara las riendas de la selección mayor estaba encaminada para el Mundial 2014. Pero la precipitada renuncia de Basile y la insistencia de sus hijos (“Julito” y Humberto –actual técnico de Talleres-), terminaron de madurar la decisión.
De nada sirvieron las investigaciones, los sondeos y los nombres que circulaban alrededor del cargo. En el camino quedaron Carlos Bianchi (favorito en las encuestas), Miguel Ángel Russo, Sergio Batista (el más cercano) y el “Cholo” Simeone (decaído por la mala campaña de River).
La idea de Diego como técnico de la selección comenzó a surgir en los Juegos Olímpicos de Beijing. Al compartir el palco de honor en la final, Grondona se sorprendió de la llegada que el “Diez” tenía con los jugadores. Además, en el último año, Maradona comenzó a evitar las declaraciones fuertes y el enfrentamiento con el presidente de la AFA, a quien criticó duramente en otros momentos. El último elemento de la designación se podría considerar un gusto personal y una cuenta pendiente: Grondona siempre reconoció que jamás hubiera llegado tan alto en al FIFA –vicepresidente- si Maradona no hubiera sido lo que fue. Entonces, que mejor que Diego para dirigir su último Mundial como presidente.
Carlos Bilardo lo acompañará en la conducción, pero fuera de la cancha. Batista y Brown asoman como los probables ayudantes de campo. La clave está en delimitar bien las funciones y no generar una confusión en los jugadores.
Las cartas ya están echadas. Las miradas del mundo están puestas en él. Jugadores sobran. Hinchas también.
Diego va por su sueño (otro más). En el camino se juega todo el prestigio, todo el mito, toda la ilusión. Pero nada lo detiene. Como lo hizo siempre: con la 10 en la espalda.
Aca les dejo un video para que nos ilusionemos un poquito..
(los tiros en los palos son para demostrar que este señor es humano)