Todos alguna vez en la vida nos quedamos con alguna espina cruzada, rogando que el destino nos vuelva a poner en la misma situación para poder tomarnos nuestra merecida revancha. Y el deporte no es la excepción.
Aquellos que alguna vez han pisado una cancha (de cualquier terreno y deporte) saben que hay pocos sabores tan ricos como la “venganza deportiva”. Si no preguntenlé a Peñarol.
En la temporada 1993/1994 los marplatenses se coronaron campeones de la Liga Nacional de Basquet. Aquel equipo, no sólo quedó en las vitrinas por conseguir su primer título, sino que se adueñó del record de máximas victorias consecutivas: 17. El 25 de Enero de 1994, el equipo dirigido por Nestor García recibía a Atenas en el Superdomo de Mar del Plata esperando seguir con su racha ganadora. Pero no fue así. Los cordobeses se quedaron con el triunfo por 77 a 75 y quebraron el record.
El pasado miércoles 10 de Diciembre, Atenas le ganaba a Libertad de Sunchales e igualaba el record de Peñarol. Valla casualidad que el próximo rival, aquel que debía vencer para pasar a ser el dueño absoluto de la marca, era nada más y nada menos que el “milrayitas” marplatense.
Casi 15 años después, el destino y el azar se cruzaron. Alguno de los dos quiso que ambos equipos se plantaran en 17 -la desgracia para algún supersticioso-. Casualidad o causalidad. “Todo vuelve”, dice mi vieja.